Así pues, cogimos con gran entusiasmo este libro y lo leímos de un tirón. Nos pareció muy interesante todo lo que nos planteaba el autor, que describe muy bien la situación actual en cuanto a valores y educación y nos da algunas claves muy importantes para la maduración personal, sin la cual el ser humano es difícil que se desarrolle como persona e incluso que sea feliz.
En la introdución Manuel Fernández nos dice "En los últimos veinticinco años del siglo XX la sociedad española anduvo muy ocupada alejándose de cualquier sombra de la dictadura que había vivido a lo largo de cuarenta años. Durante el proceso de transición y consolidación democrática, la conciencia social equiparó el significado del término autoridad con el de autoritarismo y el concepto de libertad individual con la ausencia total de normas. Como explicaría la ley del péndulo, para alejarnos todo lo posible del temido autoritarismo nos deshicimos de cualquier tipo de autoridad. Y a su vez, renunciamos a las normas, en un intento de acercamiento a la ansiada libertad individual que veíamos en nuestros vecinos europeos."
El autor sigue diciendo "que la falta de una autoridad constructiva ha creado un clima social que infantiliza a los individuos, porque les impide desarrollar sus capacidades internas. Se ha anulado la cultura del esfuerzo, sustituyéndola por la del placer inmediato. Y esto, hace mucho tiempo que se sabe, impide madurar al ser humano."
Creemos que este libro nos aporta y nos ayuda un poco más en la difícil pero gratificante tarea de educar, sobre todo, de educar con sentido común para formar personas responsables y felices.
